No lo digo yo. Lo dice el periodista Pedro Echeverría V. en su más reciente colaboración para el portal Kaosenlared:
A Salinas se le puede acusar de asesino, ladrón, cínico y de las peores cosas, pero nunca de tonto o imbécil en política y para acumular riquezas. Hay muchos datos probados para demostrar que el “maximato” salinista ha estado vivo en el país desde que este personaje fue director de la campaña política presidencial de Miguel de la Madrid y de su Plan Nacional de Desarrollo, así como cuando se deshizo del secretario de Hacienda, Silva Hérzog, empujándolo con un dedo. En los hechos los gobiernos de Zedillo, Fox y Calderón han seguido la línea privatizadora salinista. No he olvidado que cuando Cárdenas, Muñoz Ledo rompían en 1987 con el PRI y este último declaraba que Salinas representaba un nuevo proyecto de país, el funesto Angel Gurría declaraba que este proyecto –desde entonces conocido como neoliberal o privatizador- sería de 25 años. Yo realmente pensé que era una jalada cerebral, pero ya llevamos 28 años.
Muchos creyeron que el expresidente Carlos Salinas, el padre del neoliberalismo en México, había sido enterrado durante el sexenio (1994-2000) de su sucesor Ernesto Zedillo. Éste “lo obligó” a exiliarse después de meter a su hermano Raúl Salinas en la cárcel por gigantescos fraudes y asesinato. Pero ha sido tan hábil y corrupto el señor Salinas que aprovechó el sexenio zedillista para preparar su regreso triunfal a México durante los gobiernos panistas de Fox y de Calderón. Salinas fue en México lo que Ménem en Argentina y Fujimori en Perú, pero los ha superado ampliamente porque Ménem fue rechazado al querer regresar a la alta política y Fujimori –aunque tiene cierta fuerza en Perú- está en la cárcel. Salinas entre tanto, ha recuperado su jefatura real entre los priístas, entre un poderoso grupo de empresarios y en los medios de información. Aunque muchos le mentemos la madre, reconocemos su habilidad.
El neoliberalismo fue un pretexto para instaurar las políticas privatizadoras que Carlos Salinas de Gortari realizó en su mandato, vendiendo propiedades de la nación (es decir, de todos los mexicanos) y dejándolas en manos de sus prestanombres: Carlos Slim Helú, Ricardo Salinas Pliego, etc.
Pocos políticos se han atrevido a oponerse al salinato, porque tal como la ejecución de Luis Donaldo Colosio nos mostró, quien se opone a los proyectos de Carlos Salinas de Gortari, termina muerto.
Saludos.